Capilla de San Miguel de Celanova (Orense)
De Dirkvde - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, Enlace Wikimedia
De los tiempos del fundador, la única muestra arquitectónica que pervive es la capilla de San Miguel, situada actualmente tras el ábside del templo monacal y en lo que en otro tiempo fue denominada la “huerta del noviciado”, y que constituye actualmente un jardín.
Se inicia su construcción en el 937 y se finaliza en el año 942, es la joya del conjunto y uno de los edificios religiosos más singulares de España. Fue declarada Monumento Nacional en 1923.
En el turbulento
siglo X, cuando Galicia se convierte en Reino independiente, aparece en
una figura destacada, San Rosendo (907- 977) el fundador del monasterio
de Celanova. Uno de los espacios principales de este monasterio es la
pequeña capilla u oratorio de San Miguel, construida en vida del santo y
conservada casi intacta hasta nuestros días. Se trata del templo del
siglo X mejor conservado de la península, junto a Santiago de Peñalba.
Hacia el año 940 se levantó la capilla, como pequeña hospedería
de peregrinos, en memoria de Froila, hermano de San Rosendo, que había hecho la primera dotación
del monasterio y se puso bajo la advocación de San Miguel. En una carta de dotación al monasterio
en 942, San Rosendo especifica que "en la misa de San Miguel Arcángel se ofrezca ésta en recuerdo
de su querido hermano Froila" y muy probablemente en este oratorio.
Esa pequeña iglesia mozárabe, declarada monumento nacional, tiene una
ventana por la que se cuela sol en el momento exacto del cambio de
estación.
El oratorio, construido hace más de mil años, tiene una orientación perfecta para captar la luz del sol naciente durante los equinoccios de las estaciones que preceden al verano y al invierno, y por ello esta mañana cerca de medio centenar de personas se han reunido en la capilla para ver el amanecer otoñal iluminando las rosetas de la diminuta capilla.
El oratorio, construido hace más de mil años, tiene una orientación perfecta para captar la luz del sol naciente durante los equinoccios de las estaciones que preceden al verano y al invierno, y por ello esta mañana cerca de medio centenar de personas se han reunido en la capilla para ver el amanecer otoñal iluminando las rosetas de la diminuta capilla.
La huerta del monasterio de Celanova esconde secretos que se remontan a milenios: su capilla mozárabe es famosa por señalar los equinoccios y, a 10 metros, hay una roca con un escalofriante detalle que delata ¿sacrificios?
- Según Epifanio Alcañiz, un vórtice telúrico de 13500 UB en la Capilla de San Miguel de Celanova y otro vórtice dextrógiro de 13500 UB en la roca labrada situada a unos metros de la cabecera.
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