Teso de San Cristóbal - Villarino de los Aires (Salamanca)
Villarino de los Aires es un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Se integra dentro de la comarca de Vitigudino y la subcomarca de La Ribera (Las Arribes). Pertenece al partido judicial de Vitigudino.
En algunas ocasiones se le referencia como «la puerta de Las Arribes». Además del propio Villarino, su término municipal está formado por los núcleos de población de Cabeza de Framontanos, Las Cañadas, La Zarza de Don Beltrán y los barrios de La Rachita y Santa Catalina, ocupa una superficie total de 102,64 km² y según el padrón municipal elaborado por el INE en 2017, cuenta con una población de 843 habitantes. Parte de su territorio se sitúa dentro del parque natural de Arribes del Duero, espacio natural protegido de gran valor ambiental y turístico.
La relevancia del Teso de San Cristobal radica en que en sus apenas 1 hectárea alberga restos arqueológicos, patrimoniales, etnográficos y medioambientales de una gran importancia en el contexto de las Arribes del Duero.
El Teso de San Cristóbal, con una altura de 665 msnm, era un antiguo castro celtíbero de la Edad del Hierro, asentamiento de antiguos pueblos vettones y vacceos, como aún puede verse gracias a unas antiquísimas sepulturas y otros restos arqueológicos. En la actualidad es un santuario, con una ermita recientemente restaurada. Según la tradición, San Cristóbal es el abogado de los vadeadores de los cursos de agua, así que desde estas alturas protegía a los viajeros que trataban antaño de cruzar el Tormes o el Duero.
Pero si hay algo que llame la atención del Teso de San Cristóbal es su Peña del Pendón, piedra caballera de unas 55 Tm. de peso y que es capaz de mover una persona. Estas piedras fueron consideradas sagradas por los pueblos prehistóricos, atribuyéndoles dotes adivinatorias y utilizadas como oráculos en concordancia con el número de oscilaciones.
En su parte más alta aparece una gran oquedad producida por la acumulación del agua y que toma la forma de un trono, por lo que pudiera ser el lugar desde el que se dirigiera algún tipo de rito. No en vano, en la Peña del Pendón se pueden observar varias cazoletas conectadas entre sí por una serie de acanaladuras que hacen pensar que fueron utilizadas para realizar sacrificios de sangre con animales.