La Fiesta de Cuasimodo en Chile, una celebración única en el mundo

 
"Quasi modo geniti infantes, rationabile, sine dolo lac concupiscite..." 
 ("Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada...")
  (1 Pedro 2:2, Reina-Valera 1960)

La Fiesta de Cuasimodo es una celebración religiosa católica realizada por los campesinos huasos principalmente en distintas localidades del valle central de Chile, la cual se realiza el primer domingo siguiente a la Pascua de resurrección. Es en la actualidad una de las principales celebraciones religiosas, la cual, según palabra de Juan Pablo II durante su visita a Chile en 1987 la declaró como un «verdadero tesoro del pueblo de Dios».​

La fiesta consiste tradicionalmente en una procesión a caballo que escolta las formas eucarísticas, portadas por el sacerdote que es transportado en una carreta engalanada para la ocasión, el propósito es llevar la comunión a los enfermos y ancianos que no pudieron comulgar durante el triduo pascual. Los escoltas, llamados cuasimodistas, se organizan en cofradías y se atavían de manera especial destacando un pañuelo generalmente blanco (para cubrir sus cabellos en señal de respeto a Cristo sacramentado dado que en su presencia no se debe usar sombrero), además cubren sus ropajes de Huaso con una capa corta llamada “esclavina”. Es una fiesta de raíz campesina, aunque se ha adaptado a la ciudad donde se realizan procesiones en bicicleta o incluso en vehículos motorizados.

Las cofradías cuasimodistas se preparan durante el año, normalmente asociadas a clubes de huasos, confeccionando sus atuendos y engalanando la o las carretas, además a la procesión lo acompaña un coro de cantores litúrgicos en carreta o camión. En su forma tradicional los cuasimodistas acompañan o "corren a Cristo" en parejas montadas o "colleras" que son fijas.

Religiosidad popular es un concepto de las ciencias sociales en el ámbito religioso, especialmente de la antropología de la religión, de la sociología de la religión, la historia de las religiones y otras ciencias de la religión. A veces se utiliza de forma intercambiable otras expresiones, como la de piedad popular, que de forma estricta no son del todo equivalentes.

Se identifica con la forma en que vive la religión, el pueblo entendido como pueblo llano; en oposición terminológica con la religiosidad oficial, que es la de las élites, los intelectuales y la jerarquía eclesiástica. Algunas de las manifestaciones de la religiosidad popular pueden ser consideradas como supersticiones por la religiosidad oficial.

Las diferencias entre ambas religiosidades son esencialmente dos: que la oficial considera de la máxima importancia la hierofanía fundacional (la manifestación de lo sagrado) mientras que la popular se centra en las prácticas rituales y en la forma de mantener una relación propiciatoria con las entidades sobrenaturales; y que la oficial se transmite mediante mecanismos de socialización internos de las instituciones religiosas (como el reclutamiento del clero, los seminarios y otras instituciones de enseñanza religiosa reglada, que llegan a todos los niveles -catequesis, escuela dominical-) mientras que la popular lo hace en el ámbito familiar y local mediante vivencias colectivas de todo tipo (tradiciones populares, festividades, peregrinaciones, romerías, procesiones, ritos de paso -entre la vida y la muerte y los distintos estados o edades-, elementos de la vida cotidiana -gastronomía, indumentaria, etc.-). También podemos considerar que la religiosidad popular es una manifestación de la fe vivida de cada persona y que no podemos considerar que sea negativa en cuanto que solo cada uno puede responder de sí mismo y su creencia.

El término huaso (también guaso, según la Real Academia Española) es usado en Chile para referirse al individuo que vive principalmente en su zona central y se dedica a las tareas propias de las antiguas haciendas del valle central y la costa de esa área. Por extensión, se hace referencia con este nombre a los campesinos de esa zona, utilizándose como adjetivo para señalar características propias del centro y parte del sur de Chile, como «cultura huasa» o «Rancagua, ciudad huasa».

Surgió en la Capitanía General de Chile durante la época colonial del Imperio español (1598-1810), descendiendo de la cultura española andaluza. Es homólogo al chagra ecuatoriano, al chalán peruano, al charro mexicano, al gaucho rioplatense, al llanero colombiano y venezolano, así como al vaquero estadounidense. Sin embargo, la labor del huaso chileno —a diferencia de los mencionados— no se limita exclusivamente a la ganadería, sino que abarca otras actividades campesinas, como la agricultura.

Están desprendidas las subculturas patrón y gañán. Es el jinete en el rodeo chileno, un «deporte nacional de Chile», y quien baila la cueca, la «danza nacional de Chile». La mujer es llamada huasa o china, siendo estos personajes los prototipos de la identidad nacional, la chilenidad.​ Los clubes de huasos son organizaciones socioculturales encargadas de la difusión de esta cultura a nivel nacional, regidas por la Federación Nacional de Rodeos y Clubes de Huasos de Chile, y es representada internacionalmente por la Escuadra Ecuestre Palmas de Peñaflor. Exhiben sobre el tema el Museo Casa del Huaso, el Museo de Arte y Artesanía de Linares, el Museo de Colchagua, el Museo de La Chilenidad y el Museo Regional de Rancagua. Desde 2010, cada 17 de septiembre es celebrado el «Día del Huaso y de la Chilenidad».​ Es parte esencial del folclor chileno y miembro infaltable de los desfiles de septiembre, mes de la patria y las fondas —tiendas tradicionales en que se vende comida típica chilena, además de organizar juegos campesinos y otras actividades—, entre otros.

La Fiesta de Cuasimodo convoca a familias y comunidades que expresan su devoción popular, visitando a ancianos y enfermos para darles la Comunión. El núcleo familiar en su completitud suele darse cita todos arriba de un carretón o vehículo motorizado, cada uno en su caballo o bicicleta, y cada uno cumpliendo roles específicos      

El traje del cuasimodista es muy sencillo. Sobre la camisa a cuadros, una chaquetilla corta adornada con hileras de botones en las mangas y en los costados de la espalda. A la cintura una faja de varios metros de longitud, generalmente de lana roja, que ciñe el cuerpo del huaso y termina en una artística punta enflecada que cae a lo largo de la pierna. El pantalón castellano, negro con líneas blancas, y las polainas protegen al jinete de los roces en las cabalgadas por el campo.

En los pies, zapato negro de tacón alto, sobre el que se ubica la espuela de plata adornada de grandes rodajas, las que el huaso agita con habilidad y maestría, produciendo melodiosos sonidos. Como el huaso no lleva sombrero por respeto al Santísimo, se cubre la cabeza con un gran pañuelo de raso blanco y ornamentos dorados. Sobre la espalda y el pecho cae una capa corta de los mismos colores, adornada con el Escudo de Chile o los símbolos de la Sagrada Eucaristía.

Esta celebración única en el mundo y que brota del manantial inagotable de la fe de la gente sencilla, es una de las más bellas entre las diversas manifestaciones de la piedad popular. Cada año, el domingo después de Pascua de Resurrección, se “corre” el Cuasimodo, antes sólo en la zona central y ahora extendido a todo Chile. Ese domingo se lleva la comunión a los enfermos, para que así pueda cumplirse el precepto de comulgar al menos una vez al año durante la época de Pascua. Ese día, los caminos amanecen adornados. La gente sale temprano de sus casas y se aposta en grupos, mirando a lo lejos, expectantes, para ver “pasar” el Cuasimodo, para ver “correr” a Cristo. De pronto, una nube de polvo y el estruendo de los caballos a todo galope, unido al crujir de las ruedas de coches y carretas y a los gritos de una turba de jinetes —¡Viva, Viva! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen María!—, anuncian que “viene” el Cuasimodo. Como fondo, el viento de la mañana saluda la fiesta, inclinando las ramas de los álamos. ¡Ya “llega” el Cuasimodo!

La fiesta de Cuasimodo es una celebración católica de fuerte arraigo entre la población y de larga data. En ella se conjugan las formas tradicionales de la cultura rural chilena con los símbolos de una religiosidad que se expresa en la voluntad de hombres, mujeres y niños de acompañar durante horas al sacerdote en su recorrido entregando la comunión a las personas enfermas que no pueden llegar hasta la iglesia.

A lo largo del camino, señalando los hogares y los puntos más emblemáticos del sector se instalan los tradicionales altares, construidos por la misma gente que, de esta forma, espera y recibe el paso de la procesión. Es en esta práctica puntual que centraremos nuestra atención en el curso de la siguiente investigación, como una forma concreta de religiosidad popular. Con este fin se observará la celebración de la fiesta de Cuasimodo en la comuna de Pudahuel haciendo un registro tanto de los altares construidos como de las personas responsables para indagar respecto a los significados y motivaciones en torno a esta tradición.

El siguiente trabajo aborda la festividad religiosa de Cuasimodo realizada en la comuna de Pudahuel como una posible expresión de patrimonio intangible de carácter local. A través de esta celebración se analizan conceptos asociados a la construcción del patrimonio y se aventuran algunas hipótesis respecto al futuro de la celebración en diferentes escenarios.

La presente investigación sobre la Religiosidad popular de la comunidad de Las Barrancas, hoy Pudahuel, ubicada en el sector poniente de Santiago, tiene como objetivo principal describir y analizar la fiesta de Cuasimodo como expresión cultural de esta religiosidad. El propósito es aportar desde la perspectiva antropológica algunos elementos interpretativos a la reacción de los cuasimodistas de Pudahuel ante la práctica pastoral parroquial derivada de la propuesta católica de evangelización en América Latina.

La tesis plantea que la propuesta católica es una fuente de tensión y conflicto entre la parroquia y los cuasimodistas de Pudahuel por cuanto es un llamado de la Iglesia a la aceptación de una jerarquía de valores. Según Morandé (1989) la propuesta proclama que: Cristo es una respuesta total (distinta) a la pregunta que el hombre (y la comunidad cuasimodista) hace por su propia humanidad (o existencia)”.



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