"El mundo animal, reflejo de la ventura eterna", de Inés Ruiz Montejo
Además de la cuidada conjunción de pilares, bancos, arcos y columnas, lo más destacable es la calidad en arte y simbolismo de los 64 capiteles del claustro bajo, con una colección delirante de encestados, zarcillos, acantos, sirenas, arpías, grifos, leones, centauros, dragones y aves fabulosas.
El Claustro románico de Silos, es y ha
sido siempre el centro de la vida de la comunidad monástica. Hacia él
convergen y de él parten los otros edificios del monasterio y todas las
actividades del monje: al Norte la iglesia, donde se ora en común o en
privado. Al Este se encontraba en la Edad Media la sala capitular, que
servía para las reuniones de la comunidad, y el scriptorium, donde se
copiaban con paciencia y arte los manuscritos silenses. Al Sur se
hallaban la cocina y el comedor, en el primer nivel, y el dormitorio en
el segundo. Al Oeste estaba la hospedería, también de dos pisos.
- Ver en este sitio: Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos)
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