Es una escultura del siglo XIV
y de autor anónimo, concretamente un crucifijo articulado que permite
mover los brazos y piernas (en relación con las ceremonias que en la Edad Media
se celebraban el Viernes Santo). Tallada en madera, tiene el pelo y las
uñas naturales; las articulaciones y la herida del costado están
recubiertas con piel curtida de animal. Bajo los pies tiene cinco huevos
de avestruz traídos a Burgos desde África por un comerciante local.
El origen de la talla del Santo Cristo de Burgos,
imagen que se venera en la capilla del mismo nombre de la Catedral, está
envuelta en la nebulosa de la leyenda. ¿Apareció en el mar? ¿Obró
milagros? ¿Le crecen el pelo y las uñas?