El Colacho - Castrillo de Murcia (Burgos)
- Wikipedia: El Colacho
El Colacho es una fiesta tradicional que se celebra anualmente en la localidad de Castrillo de Murcia (Burgos, España). Lleva celebrándose ininterrumpidamente desde 1621.
[...]
Consiste en una jornada en la que el Colacho, personaje grotesco
ataviado con una botarga de colores y cubierto por una máscara, se
lanza, en representación del diablo, a fustigar con una cola de caballo a
las gentes del pueblo, que le increpan con insultos. A lo largo del
recorrido, los lugareños levantan altares de flores para que, a su paso,
el Colacho se pare y salte por encima de los niños que ese año hayan
nacido en Castrillo de Murcia.
- Ir a National Geographic (31-5-2022). Todo sobre el Colacho: la fiesta de Burgos en la que saltan bebés
El Colacho, personaje burlesco y caricaturesco que representa al diablo,
es el antagonista de una de las fiestas religiosas más pintorescas que
se celebran en España. En el pueblo de Castrillo de Murcia en Burgos,
el domingo posterior al día de Corpus es el momento culminante a una
celebración que empieza el miércoles y que consiste en la exaltación de Cristo en la Eucaristía. El Colacho intentará interrumpir los festejos que se celebran durante esa semana para evitar que el Bien triunfe sobre el Mal. Pero
como cada año, será él el que acabe saliendo escaldado y terminará
huyendo para gozo y jolgorio de todos los habitantes de un pueblo que
vive con pasión esta fiesta tan particular.
El festival de El Colacho, que mezcla ritos paganos y católicos y representa el triunfo del bien sobre el mal, se remonta a 1620 y tiene lugar en el domingo después de la festividad del Corpus Christi. Sus orígenes no están del todo claros, pero algunos historiadores creen que podría haber comenzado como ritual de la fertilidad.
En Castrillo de Murcia y durante la Octava del Corpus se celebra la fiesta del Colacho, reminiscencia ancestral de alguna celebración pagana que como en tantas otras ocasiones se ha visto integrada en la celebración cristiana. Los investigadores no hallan una respuesta concluyente sobre el origen de esta tradición. Enmascarado y vestido con una botarga de colores vivos, el Colacho lleva en sus manos una cola de caballo, con la que se dedica a fustigar a las gentes del pueblo, durante las "corridas".
El domingo siguiente al Corpus, la población se engalana, levantándose altares a lo largo del recorrido de la procesión. Esta parte de la celebración es análoga a la de muchas otras localidades cercanas; pero en esta ocasión adicionalmente ante los altares se colocan a niños de corta edad que, según la tradición, quedan librados de hernias para toda su vida cuando “El Colacho” salte sobre ellos. Tradicionalmente eran niños nacidos en Castrillo en el último año, pero por la abundancia de chavalería supongo que se ha abierto algo la mano en cuanto a edad y lugar de nacimiento.
Cuando la torre de la Iglesia marca las seis de la tarde –y tal y como marca la tradición- el rostro del muchacho se deja ver. Una larga fila de colchones en medio de una calle del municipio, arropados por los curiosos que se amontonan a ambos lados. Y sobre cada colchón, cinco o seis bebés nacidos en el mismo año de la celebración. Como si los años no hubieran pasado, el Colacho comienza a recorrer las calles, golpeando las tarrañuelas con el zurriago -un palo con cola de caballo- para molestar la procesión religiosa. Es la señal de salida. A partir de ese momento, el Colacho en su huida (al ser derrotado por el Santísimo Sacramento) salta a los bebés, una tradición que aúna tintes religiosos y paganos.
El Colacho no es otro que el demonio, que al saltar, hace que los malos augurios y las enfermedades se alejen de los niños. [...]
[...] además de representarse autos sacramentales y danzas, los cofrades introdujeron un personaje burlesco que ya existía en su tradición, y que en adelante representaría al diablo como antagonista del protagonista de la fiesta: el Santísimo Sacramento, y que huye de su presencia saltando por encima de los bebés del pueblo.