La huella del diablo en Castilla y León
"Cuentos en la bruma": Castilla y León satánica, la huella del diablo en nuestra región
El juego comenzó colocando el demonio la ficha del centro. Cada uno fue situando sus fichas convenientemente, y cuando el diablo llevaba las de ganar y tan sólo le falta mover la ficha central, al levantarla se encontró con un signo mágico grabado en la piedra que ya había sido utilizado por Salomón para combatir los genios malignos y que éstos le ayudasen a la construcción del Templo. Ante ese signo, el demonio lanzó una tremenda maldición y desapareció.
Las obras estaban acabadas a la mañana siguiente, tanto la ampliación del monasterio como las de la iglesia. El tablero quedó allí grabado y, de hecho, hoy se puede contemplar en la nave sur, junto a la puerta de acceso al claustro.
* Ver en este sitio: Juego del alquerque del Monasterio de San Pedro de Arlanza - Hortigüela (Burgos)
Símbolo "mágico" de la casilla central |
Cuando la torre de la Iglesia marca las seis de la tarde –y tal y como marca la tradición- el rostro del muchacho se deja ver. Una larga fila de colchones en medio de una calle del municipio, arropados por los curiosos que se amontonan a ambos lados. Y sobre cada colchón, cinco o seis bebés nacidos en el mismo año de la celebración. Como si los años no hubieran pasado, el Colacho comienza a recorrer las calles, golpeando las tarrañuelas con el zurriago -un palo con cola de caballo- para molestar la procesión religiosa. Es la señal de salida. A partir de ese momento, el Colacho en su huida (al ser derrotado por el Santísimo Sacramento) salta a los bebés, una tradición que aúna tintes religiosos y paganos.
El Colacho no es otro que el demonio, que al saltar, hace que los malos augurios y las enfermedades se alejen de los niños. [...]En Parajís tienen más miedo a lo que se pregona de él que al maligno mismo. El caso es que los apenas 50 centímetros de demonio están en la ermita del pueblo, bien custodiado por dos vecinos, los únicos que quedan en la aldea. Los demás se han desvanecido, forman parte de la España vacía que han vaciado, pero la leyenda sigue ahí, bien viva.
‘O Demín’ es un demonio en toda regla. Orejas puntiagudas, grandes dientes que en su día estuvieron teñidos de rojo, cuerpo negro informe, ojos desorbitados. Nada del Ángel Caído. Es un monstruo, un engendro deforme que sobrecoge.
A mediados del siglo XVIII, Feliciana Portillo de Paz, vecina de Madrigal de las Altas Torres (Ávila) y supuesta endemoniada, fallece en el transcurso de un exorcismo (practicado por su primo, el Padre Sebastián).
La Fundación Santa María la Real publica 'A propósito de Satán', un volumen que reúne siete miradas de expertos sobre las claves de la iconografía diabólica en el románico.
* Ver también: Canal Patrimonio. La figura de Satán en tiempos del románico
- Ver en este sitio: Creencias populares, mitos y supersticiones en Castilla y León
- Ver en este sitio: Elementos y rituales apotropaicos o de protección en Castilla y León