Los godos y el Imperio romano

El pueblo godo fue un pueblo germánico oriental, dos de cuyas ramas, los visigodos y los ostrogodos, tuvieron un importante papel en la caída del Imperio romano de Occidente y en el nacimiento de la Europa medieval. Los godos dominaron una vasta zona,​ que en su momento cumbre, bajo los reyes Hermanarico y Atanarico posiblemente se extendió desde el río Danubio al Don, y desde el mar Negro hasta el Báltico.​

Los godos hablaban el idioma gótico, lengua actualmente extinta que se habló en partes de la alta Crimea hasta el siglo XVIII​ por los godos de Crimea, la comunidad gótica menos poderosa, más desconocida y, paradójicamente, casi la que más tiempo perduró.

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Migraciones y contacto con Roma

La primera referencia histórica de los godos es del historiador romano Tácito en el año 98 en su obra Germania, que los sitúa en la región del Vístula (actual Polonia), tierra que ellos llamaron Gothiscandza.​

Alrededor del año 160, en la Europa central, tuvieron lugar los primeros movimientos del período de las grandes migraciones, conforme a tribus germánicas empezaron a desplazarse hacia el sudeste desde sus tierras ancestrales en la desembocadura del Vístula, presionando a las tribus germánicas desde el norte y el este. Como resultado de ello, en episodios de guerra vándala y gótica tribus germánicas (Rugii, godos, gépidos, vándalos, burgundios, y otros)​ cruzaron o bien el bajo Danubio o bien el mar Negro, lo que llevó a las guerras marcomanas,​ que dieron como resultado una amplia destrucción y la primera invasión de lo que hoy es Italia en la época del imperio romano.​ Se ha sugerido que los godos mantuvieron contacto con el sur de Suecia durante su migración.​ Los godos también actuaron en el ejército romano y tuvieron un papel limitado, por ejemplo véase Gainas.

En la primera incursión atestiguada en Tracia, los godos son mencionados como boranoi por Zósimo, y luego como boradoi por Gregorio el Taumaturgo.​ La primera incursión en el imperio romano que puede atribuirse a los godos es el saqueo de Histria en 238. En décadas posteriores hubo otras incursiones semejantes,​ en particular la batalla de Attrio en 251, liderada por Cniva, en la que murió el emperador romano Decio. Los godos fueron posteriormente reclutados con cierta intensidad para entrar en el ejército romano y así luchar en las guerras romano-sasánidas, participando de forma destacada en la batalla de Misijé en 242. Los mesogodos se asentaron en Tracia y Mesia.​

Los primeros ataques por mar tuvieron lugar en tres años posteriores, probablemente 255-257. A un ataque sin éxito sobre Pityus le siguió en el segundo año otro, que saqueó Pitsunda y Trebisonda y desoló amplias zonas en el Ponto. En el tercer año, una fuerza mucho mayor devastó amplias áreas de Bitinia y la Propóntide, incluyendo las ciudades de Calcedonia, Nicomedia, Nicea, Mirlea, Cío y Bursa. Cuando las incursiones terminaron, los godos se habían hecho con el control de Crimea y el Bosporus y capturaron varias ciudades en la costa Euxina, incluyendo Olbia y Tyras, lo que les permitió implicarse en actividades navales más amplias.​

Después de que Galieno fuera asesinado en las afueras de Milán en el verano de 268 en un complot liderado por altos oficiales de su ejército, Claudio Gótico fue proclamado emperador y se dirigió a Roma para establecer su poder. La preocupación inmediata de Claudio eran los alamanes, que invadieron Recia e Italia. Después de derrotarlos en la batalla del lago Benaco, fue capaz por fin de ocuparse de las invasiones en las provincias balcánicas.​

Al saber que Claudio se aproximaba, los godos intentaron primero invadir Italia directamente.​ Se enfrentaron en la batalla de Naisso.

Parece que Aureliano, quien estaba a cargo de toda la caballería romana durante el reinado de Claudio, lideró el atraque decisivo en la batalla. Algunos supervivientes fueron reasentados dentro del imperio, mientras que otros se incorporaron al ejército romano. La batalla aseguró la supervivencia del imperio romano durante otros dos siglos. En 270, después de la muerte de Claudio, los godos bajo el liderazgo de aquel a quien los romanos llamaban en latín Cannabaudes de nuevo lanzaron una invasión sobre el imperio romano, pero fueron derrotados por Aureliano, quien sin embargo entregó Dacia más allá del Danubio. Cuando los romanos abandonaron Dacia hacia 270, los godos emprendieron la ocupación del territorio hacia 300.

Alrededor de 275 los godos lanzaron un último gran asalto sobre Asia Menor, donde la piratería por los godos del mar Negro estaba causando grandes alteraciones en Cólquide, Ponto, Capadocia, Galacia e incluso Cilicia. Fueron derrotados en algún momento del año 276 por el emperador Marco Claudio Tácito.​

En 332, Constantino ayudó a los sármatas a asentarse en las orillas septentrionales del Danubio para defenderlo contra los ataques de los godos y por lo tanto reforzar la frontera del imperio romano. Se calculó que alrededor de 100.000 godos murieron en la batalla y Ariaco, hijo del rey de los godos, fue cautivado.

Los godos se convirtieron progresivamente en soldados de los ejércitos romanos en el siglo IV, contribuyendo a la casi completa germanización del ejército romano en aquella época.​ El gusto gótico por lucir pieles se pusieron de moda en Constantinopla, lo que fue denunciado con intensidad por los conservadores.​

Después de una hambruna estalló la guerra gótica de 376–382, cuando se rebelaron los godos y algunos de los tracios locales. El emperador romano Valente resultó muerto en la batalla de Adrianópolis en 378. Después de la decisiva victoria gótica en Adrianópolis, Julio, el magister militum del Imperio romano oriental,​ organizó una masacre a gran escala de godos en Asia Menor, Siria y otras partes del Este romano. ​ Temiendo la rebelión, Julio atrajo a los godos a los confines de calles urbanas de las que ellos no podían escaparse y masacró a soldados y civiles por igual.​ Conforme las noticias se difundieron, los godos se rebelaron por toda la región, y murieron en gran número.​ Puede que los supervivientes se asentasen en Frigia.15​ Aunque los hunos sometieron con éxito a muchos de los godos, cuando se unieron a sus filas, un grupo de godos liderados por Fritigerno huyeron cruzando el Danubio. Las principales fuentes de este período de la historia gótica incluye la Res gestae de Amiano, que menciona la implicación gótica en la guerra civil entre los emperadores Procopio y Valente en el 365 y relata la Guerra gótica (376-382). A finales del siglo IV, los hunos llegaron desde el este e invadieron la región controlada por los godos. Alrededor del año 375, los hunos desbordaron a los alanos y luego a los godos.

Para el siglo IV, los godos habían tomado la Dacia romana​ y la dividieron en al menos dos grupos distintivos separados por el río Dniéster: los tervingios (liderados por los baltingos) al oeste y los greutungos (liderados por los amelungos) al este.​

Las guerras entabladas entre los emperadores romanos y los gobernantes godos a lo largo de casi un siglo devastaron la región de los Balcanes y los territorios del noreste del Mediterráneo.​ Otras tribus se unieron a los godos y bajo el gran rey Hermanarico establecieron en el siglo IV (350) un reino que se extendía desde el mar Báltico hasta el mar Negro, teniendo como súbditos a eslavos, ugrofineses e iranios.

Visigodos y ostrogodos

Los godos se separaron en dos ramas principales; los visigodos, que se hicieron foederati (federados) del Imperio romano en el año 332​ mediante un acuerdo entre Ariarico, el jefe de los tervingios, y el emperador romano Constantino I el Grande; y los ostrogodos, que se unieron a los hunos. Tanto los greutungos como los tervingios se romanizaron intensamente a lo largo del siglo IV. Esto se hizo sobre todo mediante el comercio con los romanos, así como a través de los godos que formaban parte del acuerdo militar, que tenía su base en Bizancio e implicaba ayuda militar. Supuestamente, 40.000 godos fueron llevados por Constantino a Constantinopla para defenderla en su posterior reinado; y la guardia de palacio estaba compuesta, principalmente por pueblos germánicos, puesto que era menos probable que las tropas extranjeras se rebelasen tan lejos de casa y también con menos dudas a la hora de usar una fuerza mortal sobre la población nativa.​ El misionero godo arriano Ulfilas ideó el alfabeto gótico para traducir la Biblia; fruto de su misión evangelizadora, obtuvo la conversión de muchos godos del paganismo germánico al cristianismo arriano.

Los godos siguieron divididos en visigodos y ostrogodos durante el siglo V. Estas dos tribus estuvieron entre los pueblos germánicos que chocaron con el imperio romano tardío durante el período de las grandes migraciones. Las fuerzas visigodas dirigidas por Alarico I iniciaron a partir del año 395 una expedición hacia la península itálica que saqueó Roma en el 410. El emperador Honorio concedió a los visigodos la región de Aquitania, donde derrotaron a los vándalos, y conquistaron la mayor parte de la península ibérica en el año 475.

Visigodos

Los hunos cayeron sobre los tervingios, cuyo líder, firmemente pagano, Atanarico, buscó refugio en las montañas. Mientras tanto, el rebelde tervingio arriano Fritigerno se dirigió al emperador romano oriental, Valente en 376 con una porción de su pueblo y le pidió que le permitiera asentarse con su pueblo en la orilla meridional del Danubio. Valente lo permitió, e incluso ayudó a los godos en su cruce del río (probablemente en la fortaleza de Durostorum).​ Los visigodos saquearon Roma bajo el mando de Alarico I, derrotaron a Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos bajo el mando de Teodorico I en 451, y fundaron un reino visigodo en Aquitania. En 507, los visigodos fueron empujados a Hispania por el reino franco después de la batalla de Vouillé en 507. Hispania estaba en situación de caos tras la invasión de suevos, alanos y vándalos.

A finales del siglo VI, los visigodos se habían convertido con el rey Recaredo al catolicismo romano. En 711 cuando los musulmanes derrotaron al rey Rodrigo durante la conquista musulmana de la península ibérica, fundaron el reino de Asturias en 718 y empezaron a recuperar el control bajo el liderazgo del noble visigodo Pelayo de Asturias, cuya victoria en la batalla de Covadonga (h. 722) inició un avance hacia el sur de los reinos cristianos, que más tarde se llamaría Reconquista. Respecto a esto, hablando de los nobles visigodos y población visigoda que se había refugiado en el norte y unido a Pelayo, F. Navarro Villoslada (1818-1895) en su artículo Covadonga (1857) publicado el periódico cultural y científico "El Museo Universal" escribe: Con semejante vida su espíritu y su cuerpo se habían vigorizado a la par, no eran ya los visigodos cobardes y afeminados de Witiza; eran los dignos descendientes de aquella raza teutónica que vino a mezclar su sangre con la del Bajo Imperio para salvar la civilización europea; eran aquellos hijos del Norte que se apellidaban el azote de Dios.​ Este reino asturiano evolucionaría hasta convertirse en lo que modernamente son España y Portugal. ​ Estos godos se hispanizaron por completo, conservando poco o nada de su cultura original, salvo por los nombres germánicos, algunos de los cuales aún se usan en la España moderna.

A finales del siglo VI los godos se asentaron como foederati en partes de Asia Menor. Sus descendientes, que formaron el regimiento de élite Optimatoi, aún vivían allí a principios del siglo VIII. Estaban en gran medida asimilados, pero su origen gótico aún era bien conocido: el cronista Teófanes el Confesor los llama Gothograeci ("godogriegos").

Ostrogodos

En el siglo IV, el rey greutungo Hermanarico se convirtió en el líder gótico más poderoso, llegando a dominar una vasta zona en la estepa póntica que posiblemente se extendía desde el mar Báltico hasta el Negro llegando por el este hasta los montes Urales.​ El dominio de Hermanarico sobre las rutas comerciales del Don-Volga hacen que el historiador Gottfried Schramm consideró su reino como un antecedente del estado que fundaron los vikingos, la Rus de Kiev.​

Cristóbal I. Beckwith sugiere que todo el empuje huno en Europa y el imperio romano fue un intento de someter a godos independientes en el Oeste.​ Es posible que el ataque huno respondiera a la expansión gótica hacia el este.​ Hermanarico se suicidó, y los greutungos cayeron bajo el dominio huno.

Bajo Teodomiro, los ostrogodos se sacudieron del poder huno tras la batalla de Nedao en 454, y derrotaron decisivamente a los hunos de nuevo bajo Valamir en la Bassianae en 468. A petición del emperador Zenón, Teodorico el Grande entró en lo que hoy es Italia en 488. Asentó allí a su pueblo, fundando el reino ostrogodo que finalmente obtuvo el control sobre toda la península italiana. Los godos estuvieron brevemente reunidos bajo una sola corona a principios del siglo VI bajo Teodorico el Grande, quien se convirtió en regente del reino visigodo después de la muerte de Alarico II en la batalla de Vouillé en 507. Procopio entendió que el nombre visigodo significaba "godo occidental" y ostrogodo "godo del este" como godos occidental, reflejando la distribución geográfica de los reinos góticos de la época.

El reino ostrogodo persistió hasta 553 bajo Teya, cuando Italia, poco después de la muerte de Teodorico, volvió brevemente a control bizantino en la guerra gótica que devastó y despobló la península.​ En 552, después de que su líder Totila muriera en la batalla de Tagina (552), acabó toda resistencia ostrogoda efectiva, y el resto de los godos en Italia fueron asimilados por los lombardos, otra tribu germánica, que invadió Italia y fundó el reino lombardo en el año 567. En 568, los lombardos acabaron con este gobierno imperial restaurado.

Con el hundimiento de los reinos, los godos desaparecieron de la historia, habiendo asimilado rápida y totalmente a la civilización romana. La rama que más tiempo perduró fue la de los godos de Crimea, los cuales perdieron su independencia en el año 1475 frente a los turcos, en tanto su lengua, aún viva en parte del siglo XVI, no parece haberse extinguido hasta el siglo XVIII.

A finales del siglo XVIII, aún se menciona como existentes en la región las tribus góticas que permanecían en las tierras alrededor del mar Negro, especialmente en Crimea —entonces conocidos como los godos de Crimea—, y hablaban el dialecto gótico de Crimea, haciendo de ellos los últimos godos verdaderos. 

Una de las tres regiones históricas en que se divide Suecia es Gotaland o Gotia. Parte de esta región es Gotland, una isla del Báltico. Los académicos están más o menos de acuerdo en que los godos originarios surgieron en uno de estos dos lugares y formaron una cultura uniforme que fue ampliándose y dividiéndose. De hecho, los godos, pueblo germánico oriental, en época histórica, eran ya un conglomerado de etnias diferentes entre sí.

Los godos se situarían de una manera cuasi mítica en Gothiscandza, al sur de lo que entonces se tenía por la isla de Escandinavia (¿es esta la mítica Thule?). Acerca del origen escandinavo de los godos Jordanes lo afirma en el siglo VI d.C. en la Getica, la primera historia escrita acerca de un pueblo “bárbaro” y que, de acuerdo con el propio autor, es un resumen en un solo libro de los doce de una hoy perdida “Historia Gótica” de Casiodoro, modelo de las subsiguientes historias de francos, sajones, godos (por San Isidoro de Sevilla), burgundios, y que dicha obra de Casiodoro, a su vez, bebía de otra obra también perdida sobre los godos de un griego llamado Ablavio (Getica 28,82 y 117). [...] Unas referencias posibles a los godos podrían encontrarse en la Geografía de Ptolomeo (2. 11. 16) donde los “goutai” vivirían en el siglo II d.C. en la zona de Suecia donde hallamos topónimos como la isla de Gotland, Östergötland. Asimismo, y de acuerdo con Chambers (en Chambers, R.W. Widsith: A Study in Old English Heroic Legend. Cambridge 1912. Pp. 219-221. ¿Acaso podrían ser los “gutones” de los que habla Tácito en “Germania” 43-4 o los “butones” de Estrabón en su “Geografía” 3.5.8), los escandinavos de la Edad Media llamaban a las costas bañadas por el Vístula la como “tierra gótica”.

En la primera conferencia del ciclo “Los visigodos” el profesor de Historia Antigua Santiago Castellanos expone el recorrido de los pueblos godos por los territorios del Imperio romano, desde su acceso en el año 376 cruzando el río Danubio hacia el sur hasta la llegada a la Galia y el asentamiento de poblaciones en Hispania a partir de inicios del siglo V. [...]

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De Basilio, Dominio público, Enlace Wikimedia

Una nueva biografía trata de reparar la imagen de salvajismo asociada al hombre que buscó triunfar en los ejércitos imperiales y terminó conmocionando al mundo antiguo.

Pasaje de la Historia sobre Alarico y la Epopeya Visigoda del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrián.

“Al contrario de lo que se suele pensar, la cultura de los pueblos bárbaros fue tan importante como la romana a la hora de establecer los pilares de Europa, tanto en la época medieval como en la actualidad”.

En estas líneas vamos a intentar recoger, analizar y estudiar los distintos instrumentos que el poder romano utilizó para acoger a los pueblos bárbaros en general y a los godos en particular en su propio territorio. Por ello, haremos un viaje desde el incierto origen de los godos hasta sus primeros contactos con Roma y su posterior inclusión en el organigrama estatal romano. Para ello, criticaremos determinadas fuentes literarias de este momento histórico y obras historiográficas clásicas que tienen una concepción bastante peyorativa de este fenómeno. Todo esto servirá para mostrar de forma sintetizada como Roma se valió de estos bárbaros y estos no fueron la causa última de su caída sino un recurso estatal para asegurar su supervivencia.

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Imagen tomada de Profesor Francisco

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