Imposición de la casulla a San Ildefonso

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Cuadro de Juan Pantoja de la Cruz - Enlace Wikimedia

San Ildefonso, discípulo de san Isidoro de Sevilla, fue un destacado clérigo en la época de Recaredo y Recesvinto. Sucedió a san Eugenio II como obispo de Toledo. Realizó muchos escritos en defensa de la virginidad perpetua de María. La tradición dice que, en agradecimiento, la Virgen descendió del cielo para imponerle una preciosísima casulla.

La imposición de la casulla a san Ildefonso es un cuidado ejemplo de la producción religiosa de Sánchez Cotán, en donde plasma además un tema de larga tradición en la pintura española, y más específicamente toledana.

“Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería.”

Y tras haber pronunciado estas palabras, fue la misma Virgen quien impuso la casulla sobre Ildefonso, dándole instrucciones de utilizar esta prenda sólo en las festividades dedicadas a Ella.

En la Catedral de Toledo, aún se puede observar, protegida por una recia reja, la piedra en la que la Virgen puso sus pies cuando se apareció a San Ildefonso.

Reliquia de San Ildefonso en la Sacristía de la Catedral de Toledo
Entre las dos naves menores, en el segundo pilar contando desde la parte contraria a la cabecera de la catedral de Toledo y a la izquierda, según se mira a esta última, se encuentra una piedra, conocida como la Piedra de María o de la Descensión, donde la tradición cuenta que la Virgen puso los pies para imponer la casulla a San Ildefonso de Toledo. En ese punto se dice estuvo el Altar Mayor de la Basílica visigoda y los árabes al convertir la basílica en la Gran Mezquita de Toledo, respetaron la piedra, pues entendían que se trataba de un lugar sagrado, así la Virgen María, como madre de Jesús, también es venerada en el Corán.  

Piedra de la Descensión
Tras la intensidad de la solicitud toledana por recuperar la reliquia, se cree que la Casulla estuvo oculta en Oviedo, y de nuevo se entremezcla la historia y la leyenda: Se dijo que estaba en la bola grande de la torre de la catedral, pero se comprobó que no; se dijo entonces que estaba debajo del Arca Santa, pero tampoco; se pensó luego que estaría detrás del retablo de la capilla de San Ildefonso (capilla que desapareció en 1934), pero allí tampoco estaba y por más que se buscó nunca apareció

Fízoli otra gracia, cual nunca fue oída,
dioli una casulla sin aguia cosida,
obra era angélica, non de ome texida,
fablioli pocos vierbos, razón buena complida.
(Gonzalo de Berceo: «Milagros de Nuestra Señora»)

Iglesia de Santa Dorotea, en Burgos - Sepulcro de Don Alonso de Ortega
Que los restos de San Ildefonso fueron trasladados a Zamora desde Toledo no es ningún secreto. Esto se produjo con una intención muy clara y justificada, proteger el cuerpo del patrón ante la presencia musulmana en nuestra ciudad. Se temía con esto que los restos de San Ildefonso fueran profanados por los nuevos pobladores por lo que su traslado hacia el norte era muy lógico, era una zona más protegida y donde el avance musulmán se había detenido por su especial aislamiento y dificultad orográfica.

 

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