"España invertebrada", de José Ortega y Gasset

Joaquín Sorolla y Bastida - José Ortega y Gasset - A1939 - Hispanic Society of America.jpg
Ortega y Gasset por Joaquín Sorolla. De Sociedad Hispánica de América, Dominio público, Enlace Wikimedia

Para Ortega, España está viviendo un caso extremo de invertebración histórica​ que sería producto de una serie de males que se pueden ordenar, según su gravedad, en tres zonas o estratos.​

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En la capa más superficial estarían los errores y abusos políticos, los defectos de la formas de gobierno o el fanatismo religioso. Ortega no entra a analizar esta capa porque le parece poco interesante y considera un error darle demasiada importancia en la patología nacional.

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En un estrato más hondo se encontrarían los fenómenos de disgregación, lo que llama el “particularismo”, que tiene una expresión tanto política (con los movimientos separatistas catalán y vasco) como social (con la especialización de los gremios y las profesiones):

“La esencia del particularismo es que cada grupo deja de sentirse a sí mismo como parte, y en consecuencia deja de compartir los sentimientos de los demás”.​

A esta actitud le opone “la faena de totalización”, un proceso incorporativo en el que los grupos sociales quedan integrados como partes de un todo y que ilustra con el ejemplo de Roma citando a Mommsen.​ Explica claramente el origen de ese movimiento: “La potencia verdaderamente sustantiva que impulsa y nutre el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida en común”.​

Resulta interesante señalar que, para Ortega, “cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue precisamente el Poder central”. Y esto, afirma, es lo que pasó en España: “Castilla ha hecho a España y Castilla la ha desecho”. La época de Felipe III marcaría el inicio de esa disolución.

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Pero la capa más profunda de la invertebración de España, a la que dedica toda la segunda parte de la obra (titulada “La ausencia de los mejores”), sería para el filósofo madrileño un defecto inscrito en el alma nacional: el odio a los mejores.

“Después de haber mirado y remirado largamente los diagnósticos que suelen hacerse de la mortal enfermedad padecida por nuestro pueblo, me parece hallar el más cercano a la verdad en la aristofobia u odio a los mejores”. ​ Hay que subrayar aquí que cuando Ortega habla de aristocracia y la opone a la masa no está haciendo una lectura política, sino casi de psicología social, y encuentra la misma oposición tanto dentro de la alta burguesía como dentro de las organizaciones obreras.​

El origen de este mal lo atribuye el autor a la falta de feudalismo en España, de un feudalismo fuerte y vital representado por los pueblos germánicos que se asentaron en Francia (los francos) y no el ensayado por los decadentes visigodos en la península ibérica. Retrotrae pues los problemas del ser hispánico hasta la Edad Media y no solamente la Edad Moderna y la decadencia imperial.​

En definitiva, “la rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores, la escasez de estos -he ahí la razón verdadera del gran fracaso hispánico”.​

La solución, a la que apunta brevemente Ortega al final del ensayo, vendría de un imperativo que debiera “gobernar los espíritus y orientar las voluntades: el imperativo de selección”. Con esa voluntad operando selectivamente, “usando de ella como de un cincel, hay que ponerse a forjar un nuevo tipo de hombre español”.​

La rebelión de las masas es el libro más conocido de José Ortega y Gasset. Se comenzó a publicar en 1927 en forma de artículos en el diario El Sol, y en el mismo año como libro. Está traducido a más de veinte lenguas. Se centra en su concepto de "hombre-masa", las consecuencias del desarrollo que habrían llevado a que la mayoría suplantara a la minoría, carácter de estas masas, "muchedumbre", y de las aglomeraciones de gente y a partir de estos hechos, analiza y describe la idea de lo que llama hombre-masa: masa y el hombre-masa que la compone.

En 1937, escribe un "Prólogo para franceses" y un "Epílogo para ingleses", los cuales deben leerse después del propio libro, pues carecen de sentido propio. Según Julián Marías, la obra de Ortega está incompleta y sería El hombre y la gente el que lo completaría.

Fue el primer director del semanario España, en 1915, y colaborador del diario El Sol desde su fundación en 1917, donde publica bajo la forma de folletones dos obras importantes: España invertebrada y La rebelión de las masas. En 1923 funda la Revista de Occidente, siendo su director hasta 1936. Desde esta publicación promoverá la traducción y comentario de las más importantes tendencias filosóficas y científicas en nombres tales como: Oswald Spengler, Johan Huizinga, Edmund Husserl, Georg Simmel, Jakob von Uexküll, Heinz Heimsoeth, Franz Brentano, Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfänder, Bertrand Russell y otros.

Es bien sabido que este libro centenario, pensado originariamente por Ortega y Gasset como una serie de sucesivos artículos en el diario El Sol, realiza un diagnóstico sobre la situación y las posibilidades de España. Tanto el título como algunas de las reflexiones que contiene, que son tangentes con la realidad de su tiempo, pueden hacer pensar que es un libro político; sin embargo, este “ensayo de ensayo”, como le llamó su autor -que adquiere atmósfera de hospital más que de parlamento-, es más bien un ejercicio de metafísica, entendida desde la perspectiva profunda, abarcante, generosa, que es la metafísica de la razón vital. Es una pieza de su teoría de la realidad.

En el presente artículo se analizará sucintamente la metafísica de la vida humana de Ortega y Gasset para después aplicar esta óptica al tema de la realidad española.

Ante este panorama, Ortega se preguntó cuáles eran los problemas del presente en su país y llegó a la conclusión de que España estaba invertebrada porque cada grupo social y cada institución, empezando por la Monarquía y la Iglesia, se comportaban como "compartimentos estancos". Predominaba el "particularismo", que llevaba a cada uno de estos grupos e instituciones a preocuparse sólo de sus propios intereses y no pensaban en el bien común. El sentimiento "apartista" de algunos movimientos políticos catalanes y vascos no era, para Ortega, sino una expresión más de la descomposición política y social que sufría España.

La Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón (FOM) es una institución privada  inspirada en el espíritu liberal y el legado intelectual de sus titulares -el filósofo José Ortega y Gasset y el médico Gregorio Marañón y Posadillo-, así como en la relevancia que estas insignes personalidades tuvieron para la sociedad de su tiempo.

[Calle Fortuny, 53. 28010 Madrid, España]


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