Ermita de Nuestra Señora de la Bastida - Toledo
Sus orígenes se remontan al siglo XIII cuando en 1219 llegaron los franciscanos a la provincia de Toledo y se instalan en la Bastida, a las afueras de la ciudad amurallada.
En el interior del templo fíjate en el suelo de baldosa en damero y en el moral del patio ¡es centenario!
Tras la misa puedes disfrutar de una deliciosa limonada, roscas artesanales, de las quínolas y de los típicos tostones junto a los miembros de la Hermandad de la Virgen de La Bastida y la Santa Cruz.
En el patio del recinto, encontramos la "Cueva", un lugar muy visitado por los fieles ya que la tradición popular mantiene que es ahí donde vivió y murió, en el siglo XVII, la beata Ana María, también conocida como Mariana de Jesús.Una vez nos encontramos ante ella, Santi nos habló sobre la existencia
de una cueva en su interior, además del rito de recoger una piedra en
dicho santuario el día de celebración de la romería a esta ermita, el
segundo domingo de mayo, costumbre con la que, según la leyenda popular,
se cura el dolor de muelas.
De este modo, apreciamos la existencia de dos elementos muy típicos en
enclaves cristianizados, que han recibido culto en tiempos anteriores al
propio cristianismo.
La ermita de La Bastida ha celebrado, coincidiendo con el segundo fin de
semana del mes de mayo, su tradicional romería a la que han asistido
cientos de toledanas y toledanos. ¨[...] pocos conocen que allí se encuentra la cueva en la que pasó largas temporadas la ermitaña y beata Mariana de Jesús (siglos XVI-XVII) o la cripta en la que se conservan pinturas murales y grafitis de los peregrinos que durante el siglo XIX acudían a la Bastida como lugar santo.
Arturo y Mercedes son los moradores de la Bastida. [...] aseguran que existe una energía especial, lo que convierte al cerro en uno de los puntos mágicos de la ciudad. [...]
Conocida como la cueva del Cristo, pues en el altar siempre existió un crucificado, es en este emplazamiento donde la beata Mariana de Jesús pasó meses haciendo oración y penitencia.[...]
A la derecha se encuentra la cavidad original de los retiros espirituales de la beata. En esta zona se siente el frío y la humedad de la roca que según cuentan tiene propiedades curativas. La leyenda dice que los fragmentos de esta roca hacen frente al dolor de muelas. Cierto o no, el lugar sobrecoge aún más cuando una presencia sobrenatural, quizá energía, cruza el pequeño habitáculo santo y se hace el silencio.
«¿Han sentido lo mismo que yo?». Es la pregunta inconsciente que da inicio a una charla sobre lo paranormal en la zona, un capítulo en el que salen a relucir apariciones como la que los santeros experimentaron días previos a la romería de 2013. «Me encontraba aquí, en el patio, era de día, y pude ver como un ente, un monje con túnica hasta los pies, salía de la cueva y cruzaba el patio hasta nuestra casa. Atravesó el muro. Nunca más nos ha vuelto a pasar», aseguran.
[...] En el altar, al lado de la Epístola, existe una trampilla que da acceso a la cripta. [...]
En la bajada llama la atención una pila pequeña de agua bendita
empotrada en la pared. Al igual que en la cueva de la beata, en ésta
existe un altar en el que probablemente se celebró la eucaristía.
Mercedes muestra el hueco del ara vacío, es decir, el altar carece de la
piedra con la reliquia de un santo o teca con la que se consagró la
mesa. Esta pieza no ha desaparecido. Todo apunta a que es la teca del
altar lateral que preside la Santa Cruz.
La cripta pide con urgencia una restauración. Las paredes están decoradas con pinturas murales. El trazo imita paños de brocado y damasco que se repiten en las paredes al igual que en el techo, pues en unas catas realizadas en los últimos años, bajo el yeso, han aparecido vestigios de color.
A grafito se suceden varias inscripciones con nombres y fechas, algunas de ellas del siglo XIX. Emilio Vaquero recogió en su historia de la Bastida de 1994 las mismas que aún permanecen en la cripta. Se puede leer ‘Marcelino Casero y sus compañeros, 1871’ o ‘Aquí estuvieron los seminaristas de tercero de latín Crisanto Hidalgo y Octavio González, 2-5-1941».
Historia, arte y leyenda se concentran en este enclave único con vistas a la ciudad que hoy peregrina a la Bastida. La romería se convierte en la excusa perfecta para disfrutar de un escenario mágico y de misterio en el que los franciscanos instalaron su primer convento allá por el siglo XIII.
Entrada a la "cueva" |
Energía especial en la cavidad original de retiro de la beata |
Cueva del Cristo |
Vórtice telúrico ante la Virgen de la Bastida |
- Vórtice telúrico ante la Virgen de la Bastida, coincidiendo con la cripta, vibrando armónicamente con una frecuencia media-alta.
- El conjunto de la ermita vibra armónicamente con una frecuencia media.
- El acceso a la cripta se lleva a cabo por una escalera situada a la derecha del altar, solo adecuada para personas flexibles. En ella se conservan pinturas murales y grafitis de los devotos que durante el siglo XIX acudían a la Bastida en peregrinación.
- En el patio de la ermita se encuentra la "cueva" en la que, según la tradición, pasó largas temporadas y falleció la Beata Mariana de Jesús, copatrona de Madrid y cuyo cuerpo incorrupto se conserva en el convento de las Mercedarias Descalzas de don Juan de Alarcón de la capital. Energía especial en la cavidad original de retiro de la beata Mariana de Jesús.
- El segundo fin de semana de mayo se celebra la romería de Nuestra Señora de la Bastida.
- Como carece de culto habitual, la ermita generalmente está cerrada. Para acceder al recinto es necesario llamar a la puerta del patio (en un horario
respetuoso con las costumbres de la familia que vive en la casa
adjunta, cuidando de la ermita). [Al menos esa era la situación en el momento de la visita]
Cripta |
Cripta |
Para encontrar temas y lugares puedes utilizar BUSCAR
Pincha / Cliquea
(indicado en la parte superior con una lupa)
En el MENÚ (3 rayitas en la esquina superior izquierda de INICIO)
puedes consultar el archivo de entradas y las etiquetas. Pincha / Cliquea