Basílica de San Isidoro - León

Naves de gran altura para ser románicas, sobre todo la central

La Real Colegiata Basílica de San Isidoro o, simplemente, San Isidoro de León, es un templo cristiano ubicado en la ciudad de León, en España. Es uno de los conjuntos arquitectónicos de estilo románico más destacados de España, por su historia, arquitectura, escultura, y por los objetos suntuarios románicos que se han podido conservar. Presenta la particularidad de tener un Panteón Real ubicado a los pies de la iglesia, con pintura mural románica y capiteles originales, todo lo cual hace que sea pieza única del mundo románico de la época. El conjunto fue construido y engrandecido durante los siglos XI y XII.

En su origen fue un monasterio dedicado a San Pelayo, aunque se supone que anteriormente se asentaba en sus cimientos un templo romano. Con el traslado de los restos de san Isidoro, obispo de Sevilla, Doctor de las Españas a León, se cambió la titularidad del templo.

Tras una serie de edificaciones prerrománicas de los siglos X y XI que más tarde trataremos, se mandó edificar el famoso y soberbio Panteón de los Reyes, monumento sepulcral que actualmente es lo más antiguo que se conserva.

En sus bóvedas se pintó en el siglo XII un repertorio de primer orden en el románico europeo por lo que se la denomina la "Capilla Sixtina" del románico.

Adosado a éste se erigió uno de los más soberbios edificios del Románico Pleno Internacional.

La Real Colegiata Basílica de san Isidoro en León, una de las paradas más relevantes en las peregrinaciones medievales a Santiago, es uno de los monumentos más destacados de la península, tanto por su historia como por su arquitectura y los objetos suntuarios que conserva, conocida, sobre todo, por contener el Panteón Real de los reyes leoneses a los pies del templo, decorado con pintura mural y obra excepcional del románico, aunque la larga trayectoria del conjunto ha hecho que se termine conformando como un crisol de estilos, con restos románicos, góticos, renacentistas y barrocos, declarado Monumento Histórico Artístico en 1910.
Situado a los pies del templo, el origen remoto del Panteón Real quizá habría que centrarlo en el reinado de Alfonso V, cuando, tras las razzias de Almanzor a fines del siglo X, dentro de la campaña de recuperación de la urbe regia que este monarca emprende, restaurando la ciudad de León y otorgándole fueros, mandó reconstruir la primitiva iglesia de san Juan Bautista y el anexo monasterio de san Pelayo, el inicio de lo que después fue la Real Basílica Colegiata de san Isidoro, y dotó al templo con dos cementerios, uno como osario para obispos y reyes en la cabecera, y otro en los pies, este último a modo de atrio descubierto, destinado a sus propios padres, don Bermudo II y doña Elvira, y donde él mismo también recibió sepultura, una articulación que imitaría al enterramiento con el que contaba la iglesia de Santa María de Oviedo construido por su antecesor Alfonso II en el siglo IX.
Antes que este templo hubo otro en el mismo lugar, prerrománico, erigido por Alfonso V "El Noble" en la primera mitad del siglo X en honor a san Juan Bautista y a san Pelayo. Desde el inicio fue Panteón Real. Como tantos otros templos de la cristiandad fue arrasado por Almanzor en 988 y reconstruido en 1063 por Fernando I "El Magno" (1037-1065. Primer rey de Castilla y León.) y su esposa Doña Sancha. Más tarde se amplió su edificación por la hija de ambos, doña Urraca y el hijo de ésta, Alfonso V,I hasta lograr prácticamente su actual morfología.

La iglesia original fue edificada durante el periodo pre-árabe sobre las ruinas de un antiguo templo romano dedicado al dios Mercurio. Antes de que el templo fuera arrasado durante la interrupción de musulmanes en la ciudad de León, era un monasterio dedicado a guardar las reliquias de San Pelayo.

Durante los tiempos de la Reconquista y bajo el reinado del Rey leonés Alfonso V, se reanudaron los trabajos de reconstrucción para levantar de nuevo la Iglesia de San Juan Bautista y el Monasterio de San Pelayo. Fue durante estas obras cuando el rey decidió trasladar los restos mortales de reyes y reinas que se repartían por distintas localidades de León a la iglesia, dando origen al Panteón de Reyes de la basílica.

Aquí llegamos al meollo del asunto. Como vemos pasaron más de cuatro siglos entre la muerte del santo en Sevilla y su traslado a León. En ese lapso de tiempo ocurrieron muchas cosas: 75 años después de su fallecimiento, en el 711, llegaron los musulmanes e invadieron la Península. Surgió el reino de Asturias, avanzó lo que se llamó la Reconquista, en el 910 se trasladó la capital del reino cristiano a León, etc.  
En verde, el Panteón Real - En rosa, el primer templo - Imagen de Viajar con el Arte

BASÍLICA DE SAN ISIDORO

- Vórtices telúricos de potencia media-alta en varios puntos de la basílica:  

a) En el centro del crucero.

b) Bajo el primer arco de la nave central, cerca del crucero 

c) Bajo la bóveda de la nave central situada a la altura de la puerta de entrada lateral.  

d) Bajo la primera bóveda del coro
 
Vórtices telúricos en la Basílica de San Isidoro

 - Además, según Epifanio Alcañiz, un vórtice dextrógiro de 24500 UB en los escalones del acceso al presbiterio

- Energía arquitectónica (energía de la forma) en todo el templo, que cuenta con poderosos pilares y naves de gran altura.
 
Bóveda de cañón - Primer arco de la nave, cerca del crucero
Nave central y coro
Primera bóveda bajo el coro
Vista de la nave central, situados debajo del coro
Retablo mayor y urna con los restos de San Isidoro - Imagen de Viajar con el Arte
 
- Energía procedente de la urna que contiene los restos de San Isidoro
 
OTRAS DEPENDENCIAS
  
- Energía arquitectónica (energía de la forma)

Leon (San Isidoro, panteón).jpg
Panteón de Reyes - De Megginede - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, Enlace Wikimedia
Torre del Gallo, donde se expone el Cáliz de Doña Urraca - Ver pueblos

- En el cuerpo de la Torre del Gallo donde se expone el Cáliz de Doña Urraca, fuerte energía arquitectónica (energía de la forma)
 
- Aunque el Cáliz de Doña Urraca acaso pudiera ser el mismo que utilizó Jesús en la Última Cena o Santo Grial, el objeto no desprende ninguna clase de energía especial (*). Evidentemente, eso no le resta valor histórico ni artístico y tampoco, llegado el caso, religioso. 
 
(*) Tampoco desprende energía alguna el que se venera como supuesto Santo Grial en la Catedral de Valencia.
 
 
Leon St Isidoro façade.jpg
De Jaume, Dominio público, Enlace Wikimedia

 



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