Ermita de San Bartolomé - Ucero (Soria)
Cuenta la leyenda que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, en las proximidades del camino hoy utilizado y la espada se le cayó al suelo y allí donde quedo clavada quedó revelado que sería el lugar donde se edificaría la actual Ermita de San Bartolomé.
Se accede a la ermita desde Ucero, por la carretera de San Leonardo de Yagüe y se toma la pista forestal que se adentra en el parque hasta su final. La ermita, está enclavada en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la geografía peninsular, los cabos de Creus y Finisterre.
Y por otro lado, ninguna visita es completa sin disfrutar de la vista panorámica desde el mirador de La Galiana...
IMPORTANTE: Conviene confirmar los días y horario de apertura.
- Ayuntamiento de Ucero, teléfono 975 363 541, email: ucero@dipsoria.es
- Oficina de Turismo de Soria, teléfono 975 212 052, email: oficinadeturismodesoria@jcyl.es
Imagen de Epifanio Alcañiz |
El vórtice telúrico de 24500 UB se encuentra frente al altar de la Virgen de la Salud.
Imagen de Epifanio Alcañiz |
SAN JUAN DE OTERO o San Bartolomé de Río Lobos
"Son las doce menos cuarto de la mañana de un precioso sábado de finales de mayo. Tras recorrer a pié los dos kilómetros y medio que distan entre el aparcamiento de la entrada del Cañón de Río Lobos y la explanada en la que se alza la ermita de San Bartolo me encuentro, por fin, ante ella.
(...) Hoy dejo que mi naturaleza se llene de su energía, de su encanto y de sus sonidos.
Sonidos que tienen nombre de pájaros, de ranas y de piedras. Ya he dicho que las piedras hablan. Aquí lo hacen a gritos. Gritos que no molestan pero gritos llenos de vida, de conocimientos, de misterios irresolubles, de entregas y pasiones.
Su orientación, sobre los 60º, se aproxima al este.
Cerca hay un puente que atraviesa el río y nos acerca a la entrada de la cueva grande. Su orientación es similar. Se entra por el oeste y va profundizando en la montaña hacia el este. Sobrecoge subir la pendiente de la cueva y adentrarse en sus tinieblas, en sus misterios, en sus energías. Es un lugar mágico y que, seguro, tuvo mucho que ver con la ubicación de la ermita.
Y mágico es mirar la ermita desde el interior de la cueva.
Un signo lapidario: la salutación a María
En la portada principal, en la piedra superior de la columna de la izquierda que sujeta las arquivoltas, hay grabado un símbolo que algunos han identificado como una salutación a María.
Dos uves opuestas y sobrepuestas que rematan tres de sus cuatro vástagos con cruces. Este símbolo incluye las letras de la salutación de la Anunciación: Ave María.
Y en su centro, el rombo que figura ser la matriz de la Madre Tierra. Esoterismo puro. Todo un símbolo.
El enigma de los signos lapidarios
En las piedras de San Bartolo, como en otras construciones románicas y góticas, abundan los signos de cantero. Son esas extrañas marcas que algunos han identificado con señales para contabilizar el trabajo de cada uno de los canteros que intervenían en la obra a fin de, en base a ello, abonarles su trabajo.
Lo extraño es que se ven signos iguales en Río Lobos, que es del siglo XIII y en Salas de los Infantes que es del XV. Además, en San Bartolo hay algunos sillares que contienen dos sígnos de cantero...
¿No serán símbolos informativos para los iniciados que se acercasen a sus muros en busca de informaciones cifradas mediante un simbolismo que solo ellos pudieran leer y comprender?
Incluso la supuesta relación de alguno de estos símbolos con la posición en los cielos de determinadas constelaciones podría alimentar esa hipòtesis.
Un canecillo extraño
En el lateral exterior del crucero, junto a la portada principal, la sur, hay un canecillo que parece representar un "tabot" etíope. Los tabots etíopes son representaciones esquemáticas del Arca de la Alianza.
Es curioso que, en el interior de la ermita y en uno de sus capiteles está representado también el tabot. Son misterios que viven y conviven con los Señores del Temple.
Animales, figuras gemelas, un crismón, barriles alquímicos, cabezas rematadas en círculos, una hache enigmática en la que están esculpidos los sexos masculino y femenino, la pareja que sostiene el todo...
Todo ello conforma un mundo de simbolismo esotérico que se repite en otros lugares. Símbolos para ser leídos por quienes están iniciados en el secreto de sus representaciones.
Nosotros, desde nuestra ignorancia, podemos conjeturar, pero nunca sabremos.
Los óculos del crucero
Llaman la atención. Son perfectos. En cada óculo hay un pentáculo invertido, formado por diez corazones diferentes. Cinco que se entrelazan y cinco más pequeños, exentos.
Y, al entrelazarse, forman un pentágono central.
El pentágono, el pentáculo invertido, los corazones... símbolos iniciáticos que pueden tener mil lecturas diferentes.
Pero nos hablan de algo seguro: nos hablan de los Templarios como catalizadores de culturas milenarias que convivían en el tiempo y que luchaban entre ellas con las armas.
Sufismo, cábala, alquimia, cristianismo...
Los Caballeros del Temple supieron recoger toda la información que encontraron sobre las artes y las ciencias, sobre los pensamientos y filosofías, sobre las vivencias y los lugares. Y guardaron esos conocimientos a buen recaudo y a salvaguarda de los tiempos que les tocaron vivir.
Los óculos del crucero de San Bartolo nos hablan de todo ello. Es quizá el mayor misterio de la ermita. Es quizá la mayor prueba de que, en tiempo de guerra, unos hombres, hicieron la paz para adquirir conocimientos.
"Lo que hay arriba, hay abajo", pero... ¿qué hay abajo?
Contando desde fuera, y debido a la inclinación del suelo de roca que sirve de base a la ermita, encontramos que, a la altura de la portada trasera hay quince hileras de sillares. En el contrafuerte junto a la portada principal hay venticuatro. Son ya treinta y seis los sillares al comienzo del ábside y treinta y nueve en el extremo del mismo.
Dado que la puerta principal tiene una serie de escalones que bajan hacia el suelo de la ermita por su parte interior, podemos cifrar que el suelo está sobre los sillares correspondientes a la fila ventisiete.
De la fila vetisiete a la treinta y nueve hay dos metros de altura que deben esconder algo.
¿Hay quizá una cripta bajo el ábside de San Bartolo? ¿Es posible que se prolongue por debajo de la ermita la cueva grande u otra cueva que sirviera de eremitorio, como hemos visto en otras ermitas templarias?
En todo caso ¿qué hay debajo de la ermita que está señalado con báculos clavados en tierra esculpidos en la parte exterior del ábside en sillares contiguos y muy cerca del suelo?
EPÍLOGO ABIERTO
Lo importante estaba allí. Ellos lo buscaron, lo encontraron, edificaron para salvaguardar el lugar y las energías que emanaba. Energías vivas, energías que se sienten en el aire, en las rocas, en el agua...
Hay más sitios, otros me están ya llamando y pronto me dejaré llevar por ellos. Aún no entiendo por qué yo...¿por qué las piedras me llaman, me arropan y dejan en mi esa impronta?
Me piden que las toque, que sienta en mis manos el frescor y la vibración de su cuerpo firme y sereno. Y eso se queda en mi corazón.
Tocar esas piedras me ha dicho cosas. Muchas cosas.
El mayor secreto de los Caballeros Templarios es que no tenían secreto alguno. Lo dejaron todo escrito en la piedra. Las piedras hablan, pero hay que saber escucharlas y entenderlas.
Imagen de Cañón del Río Lobos |
Aparcamientos
- Un camino asfaltado nos permite avanzar en coche unos 2,5 km ya dentro del Cañón.
- Existen tres zonas de aparcamiento. Nada más entrar en el Cañón, la zona de Fuente Engómez cuenta con bar y zonas de merendero. Los otros dos aparcamientos se encuentran en el paraje de Cueva Fría (a 1,3 km), donde hay una caseta de información, y en Valdecea (a 2,5 km), donde hay una fuente de agua potable. En épocas vacacionales, fines de semana de julio y durante el mes de agosto el tráfico rodado no puede continuar más allá de Cueva Fría. Es conveniente consultar en la Casa del Parque las fechas de cada campaña.